domingo, 26 de febrero de 2012

Reseña: La flor del norte


Acabo de terminar de leerme el libro La flor del norte de Espido Freire.
Esta novela la empecé hace unos días y prácticamente me enganche enseguida, como buena seguidora de este género.

Novela histórica que nos descubre la desgarradora vida de Kristina Haakonardóttir, la joven princesa de Noruega convertida a la fuerza en infanta de Castilla al desposarse con don Felipe, hermano de Alfonso X El Sabio. Kristina partirá desde sus frías tierras del norte en un viaje hacia Castilla para acabar, finalmente, en una Sevilla que comienza a florecer y que le sorprende con costumbres, colores y sensaciones nuevas para ella. Pero todos sus descubrimientos estarán impregnados de sufrimiento y agonía por un destino inevitable a la que su misteriosa enfermedad la conduce. La pobre Kristina morirá traicionada y repudiada lejos de su hogar, entre un pueblo que siempre la vio como la Extranjera.

«Me llamo Kristin Haakonardóttir, hija y nieta de reyes, princesa de Noruega, infanta de Castilla. Me llamaban La flor del norte, El regalo dorado, La extranjera, y, en los últimos meses, La pobre doña Cristina»

Os voy hablar un poco de los personajes principales de la novela

  1. Kristin Haakonardóttir más conocida como Cristina de Noruega murió en Sevilla en 1262, por causas desconocidas (a lo largo de la novela observamos que su estado va degradando poco a poco y se especula sobre un veneno que usa su dama de compañía doña Inés porque está enamorada de don Felipe) que había llegado cuatro años antes a Castilla tras un largo viaje desde Noruega, la saga narra como tuvo la oportunidad de elegir marido entre los hermanos del rey Alfonso. Murió sin descendencia.
  2. Don Felipe infante de Castilla y esposo de Kristin, se casó dos veces más primero con Inés Rodríguez Girón y después con Leonor Rodríguez de Castro. Don Felipe nunca cumplió la promesa que le hizo a su esposa Kristen de construir una capilla en honor a San Olav (ya que por lo visto era un santo que nadie en Castilla conocía).

Estos son los dos principales personajes de la historia aunque en el libro habla muchisimo de la historia familiar de Kristen, el bisabuelo Sverre que fue unos de los reyes más importantes de Noruega, el abuelo Haakon, la abuela Inga que era una campesina que aseguraba haber tenido un hijo del rey Haakon III y fue apoyada por varios nobles (en la novela vemos podemos contemplar algunas escenas en las que la abuela Inga fue secuestrada con algunas otras mujeres, que no supieron encajar los abusos que sufrieron por lo soldados y terminaron suicidándose y los soldados no la mataron porque no opuso resistencia) pasó el Juicio de Dios, aforrándose a un metal rojo sin sufrir ninguna quemadura, demostrando a todos que su hijo era el futuro rey de Noruega.

   —La abuela hizo lo posible porque el niño no naciera —ha contado siempre ella, sin ocultarnos detalles—. Me clavé agujas, me atraqué de perejil y de ruda, me arrojé ladera abajo una y otra vez. Nada resultó.

También se habla de sus hermanos Sigurd, Olaf y Cecilia, que tampoco se mencionan mucho Olaf muere siendo niño, Sigurd siendo muy joven y Cecilia muere después de desposarse con Harald de las Hébridas cuando regresaba de su boda su barco se hundió y todos los tripulantes se ahogaron.  

En general el libro habla de lo infeliz que se sentía Kristen en su nueva etapa de la vida, se sentía sola no solo porque había perdido a sus seres mas queridos como su hermana Cecilia y su  hermano Haakon con el que mantenía una relación más estrecha de lo que podríamos imaginar a simple vista, sino también que era hija de reyes, nieta de reyes y en ese momentos se encontraba siendo solo

Infanta. Una infanta sin derecho a trono, cuando hasta la estúpida de Riquilda había sido esposa del heredero real.

Odie a algunos de los personajes de la novela como por ejemplo Riquilda que era la mujer de Haakon, que era absolutamente detestable, por su manera de exhibirse delante de todos y su carácter insoportable

    —¿Por qué baja la princesa a recibir al heredero? —se quejaba a mi madre—. Bien está que lo haga la reina, y la futura reina, pero ¿por qué ella?
    —Porque Haakon así lo quiere, y así se ha hecho siempre. Es nuestra obligación conservar las tradiciones, y cuando no las hay, crearlas.
    Riquilda observaba el rostro de Haakon al verme, el tiempo en el que me mantenía abrazada a él, y lo contaba con la avaricia de una vieja.
    —Ay, quiera el Cielo que la casen de una vez y con ello se aleje de mi vida.
    —Eso debieron de pensar en Suecia cuando os empaquetaron para mi reino.

Y la que se lleva todo el odio bueno una parte es Violante de Aragon, pero que mujer tan insoportable y como hablaba a lo largo de la novela

Ella rompió a reír.
    —¡Al fin os dais cuenta de la realidad y reparáis en qué lugar os encontráis! Pobre doña Cristina, la venda ha caído de vuestros ojos. Pensabais que el mundo era vuestro, que todos nos arrodillaríamos ante vos. ¿Sabéis cuántos dineros me da el rey, para que comamos? Ciento cincuenta maravedíes para él y ciento cincuenta para mí, y no más. Para el resto, he de apañarme con la mitad, salvo cuando recibimos visitantes extranjeros. ¿Os extrañaba que os demostraran tanto amor, noruega? Comíamos mejor por vos y por los vuestros. Ahora que sois castellana, regresa el hambre a la corte. El rey vive a dieta y, por mantener su salud, el resto del reino ayuna. Hemos de elegir entre días de carne y días de pescado, y nunca más de tres pescados o dos pedazos de carne. Despedíos de las sedas y de vuestros armiños, de los bordados de escarlata o del dorado de vuestro vestido de novia, porque están prohibidos. Sólo pueden traerlos los extranjeros, y vos ya sois de las nuestras. No podréis mostrar más de tres túnicas al año, porque estrenar cuatro es un privilegio que se guarda el rey, como vestir de rojo. Vivimos tiempos de crisis, doña Cristina, y el rey ha de dar ejemplo. Vuestro manto real se deshará, el hilo de oro fundido y las perlas vendidas para sufragar la campaña del Imperio. Dad gracias a mi generosidad, que no os arrebato los ostentosos tules de boda que lucisteis para vergüenza de nuestro pueblo. ¿No os dije que tendríais sorpresas? Pues bien, halladlas aquí. Id, id a Sevilla. En mala hora iréis. Y preocupaos por tener muchos hijos, porque, por cada uno, vuestra renta sube. Iba yo a soportar estas fatigas, de no ser así.

Bueno ahora a decir verdad me ha parecido el final bastante triste no revelan si de verdad fue envenenada por su dama de compañía Doña Inés o por estar alejada de su país, yo opto por que fuera doña Inés…No me sorprendió mucho cuando se me ilumino la bombilla de que la culpa eran de las peinetas y sobre todo cuando el mismo día de la boda doña Inés se las clavara en la cabeza…tampoco me sorprendí que haya mantenido relaciones sexuales con otros hombres como por ejemplo su hermano, aunque fuera virgen y que el infante no quisiera tocarla…me pareció genial cuando rechazó el infante a pocos días/horas de su muerte

    —No —digo yo. Y repito otra vez—: No. —Se detiene, sorprendido—. No os molestéis, don Felipe. Ya me habéis hecho suficientes favores.

 Y creo que esa humillación, aparte de que no la quisiera fue la que provocó que don Felipe nunca construyera la capilla que le había prometido.

    —Nunca, mientras yo viva, se alzará esa iglesia.
    —Entonces, me ocuparé desde donde me encuentre de que no encontréis ni calma ni consuelo.

En lo que respecta a mi ha sido una novela genial que he disfrutado hasta la última página, aunque esto si tanta narración puede llegar a cansarte algo los ojos, pero vale la pena y mucho.

PUNTUACIÓN: 4,5/ 5

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